Friday, September 21, 2012

Panza llena, corazón con problemas


Panza llena, corazón con problemas


Uno de los mayores deleites en la vida es la comida, pero los excesos y una errónea alimentación le puede llevar a la obesidad.




La problemática de la obesidad ha dejado de ser una cuestión estética, y se ha abandonado la idea que sea consecuencia de los vicios, la glotonería y la falta de fuerza de voluntad para llevar una dieta. Aunque se mantenga todavía un culto a la figura delgada, el sobrepeso se incrementa cada día más hasta posicionarse como la enfermedad metabólica más importante en el mundo occidental.




Los estudios a nivel mundial demuestran que el 45 por ciento de los hombres y el 38 por ciento de las mujeres presentan algún tipo de obesidad o sobrepeso, debido a un cambio en los hábitos alimenticios, sobre todo por el aumento del consumo de grasas y por una disminución de la actividad física; sin embargo, no son las únicas causas que la originan.




Dicho trastorno se caracteriza por la grasa corporal que se acumula en los tejidos del cuerpo. En condiciones normales, la grasa del cuerpo en un hombre joven es de un 15 a 18 por ciento de su peso, mientras que el promedio en una mujer es de 20 a 25 por ciento. Esto quiere decir que es normal la aglomeración de grasas en el organismo (aunque no necesariamente el aumento en la masa corporal o en la talla tienen que ver con el sobrepeso).




No existen criterios determinantes para definir el “peso normal”. Cada persona tiene un peso normal que depende mucho de su estatura, sexo, edad y complexión, etcétera.




La obesidad puede aparecer en la infancia o en la adolescencia por un incremento en las células grasas, y debe controlarse desde su inicio, ya que presenta fuertes consecuencias. Surge en personas con ciertas predisposiciones genéticas que coinciden con los factores ambientales que los rodean: podrían ser propensos a engordar por herencia, por problemas psíquicos o socioeconómicos.




Pero físicamente, ¿por qué engordamos? Hay diferentes razones por las cuales subimos de peso. Primero, puede ser por la diferencia de consumo en los alimentos y el gasto de energías, donde influye el tipo y la cantidad de alimentos, así como el número y la frecuencia de comidas.




También se debe a trastornos en el procesamiento de la glucosa y las grasas. Frecuentemente encontramos gente obesa por exceso de azúcar o exceso de insulina. Tras una pérdida de peso importante, la intolerancia a la glucosa mejora y los niveles de glucosa en la sangre regresan a valores normales. Los factores genéticos transmiten de generación en generación dicha inclinación del cuerpo a la baja asimilación de las grasas.




Otros aspectos importantes son las alteraciones en el hipotálamo, el cual es el centro director de las hormonas, lo que controla la saciedad y el apetito. Aunque también puede haber fallas en la producción de hormonas que crean problemas en el organismo y el aprovechamiento de los alimentos. Por último, la falta de actividad y movimiento en el cuerpo hace que no se quemen las grasas consumidas diariamente, por lo que se acumulan en algunas áreas, más que en otras.




Es necesario tener en cuenta que la obesidad es un problema real de salud y que, por lo tanto, hay que saber identificarlo desde el inicio. Hay que actuar desde un principio, fomentando hábitos saludables, como serían una dieta balanceada de carbohidratos, proteínas y consumo reducido de grasas; realizar ejercicio diariamente y disminuir el consumo de alcohol y el tabaco. Además, es importante una revisión especializada para determinar la problemática: si es hormonal, por una mala alimentación, falta de ejercicio u otros factores.




¿Por qué conviene adelgazar?


La obesidad es una enfermedad cuya característica principal es el exceso de tejido con grasa (adiposo), en donde las células pueden aumentar, tanto en tamaño como en número. Esto provoca una disminución en la calidad de vida y en la salud de quienes la padecen.




¿La gordura se hereda o se adquiere?


La gordura se hereda y además se adquiere. Es decir, hay personas que nacen propensas a ser obesas y otras que engordan por malos hábitos alimenticios.


Si eres propenso a ser obeso por herencia, lo puedes cambia si vives en un ambiente con disciplina alimenticia, o modificas tus hábitos por propia voluntad.


Un obeso que se deshace de sus arraigados hábitos y patones de conducta podrá obtener una vida más normal y mejor en todos los sentidos.




¿Qué factores disparan el desarrollo de la obesidad?


Fisiológicos: Embarazo, menopausia, enfermedades varias, vida sedentaria.


Psicológicos: Ocio, problemas laborales, problemas matrimoniales o morales, autosatisfacción compensatoria, estrés.


Sociales: Costumbres del lugar, publicidad, problemas socioeconómicos.




¿Con qué frecuencia se debe checar el peso?


No cheques tu peso a diario, el peso puede variar por múltiples factores de un día a otro. Se recomienda pesarse una sola vez por semana. Debes hacerlo siempre a la misma hora, ya que el peso varía antes y después de comer y de ir al baño. Además, procura pesarte siempre con ropa ligera.




¿Cuánto desea pesar y cómo desearía ver su figura?


Todo camino comienza con el primer paso. Adelgazar no se logra en un día, requiere de tiempo. Los tejidos tienen una memoria que hace que el organismo tienda a regresar a su nivel de peso anterior.


Según investigaciones se ha encontrado que para romper esa memoria se requieren de 10 días por cada kilogramo de peso. Si perdió 12 kilos de peso, se requerirán 120 días adicionales de dieta para lograr una estabilidad en el peso.




¿Por dónde empiezo si quiero bajar de peso?


La ecuación es muy sencilla: Calorías que entran al cuerpo, menos calorías que quemas por tu actividad, igual a grasa que se acumula. De 4 mil 500 calorías, 500 gramos son grasa.


Para controlar la obesidad se requiere obtener una disminución de las grasas, especialmente las de origen animal; también de los carbohidratos, particularmente de los azúcares y de las harinas. Estos elementos son los que contienen mayor cantidad de calorías; sin embargo, debe mantenerse una proporción entre ellos. Es decir, su consumo se reduce, no se elimina.


Se deberá aumentar la alimentación con base en verduras, frutas y granos, y apoyarse en los productos thermogénicos de Omnilife  http://afiliate-a-omnilife.jimdo.com  , ya que tienen la propiedad de incrementar el efecto térmico de los alimentos (energía necesaria para digerir, absorber y metabolizar nutrientes), y de esta manera estimular la combustión de energía consumida en forma de calor.




Cantidad de grasas que se deben consumir al día en relación con las calorías consumidas

Calorías

Gramos de grasas

1200

40

1500

50

1800

60

2000

67

2500

83

Las grasas dan vida, las grasas matan




Si bien la frase que da título a esta columna suena a una total contradicción, encierra toda una verdad, ya que sin grasa no podríamos vivir y un exceso podría causarnos hasta la muerte.




La grasa es totalmente beneficiosa para el ser humano; con ella el organismo crea la energía para vivir, y hasta la almacena para cuando escasea. El hígado es el encargado de procesar y administrar los alimentos; éstos llegan a ese órgano, que los convierte, una parte en glucosa, para enviar al organismo de combustible; otra parte la almacena en glucógeno y cuando su bodega ya no tiene capacidad queda en diferentes partes del cuerpo como tejido adiposo; o sea, gordura.




Una dieta bien equilibrada debe constar de 60% de carbohidratos o azúcares, 20% de proteínas y 20% de grasas para satisfacer las necesidades energéticas y estructurales del cuerpo, junto con vitaminas, minerales y agua, claro esté.




Casi todas las grasas proporcionan el doble de calorías (9 kcal/gr) por unidad de peso que los carbohidratos (4 kcal/gr), y así constituyen una fuente concentrada de combustible metabólico. Las grasas pueden tomarse directamente de los alimentos nutritivos y pueden convertirse en grasa, almacenándose como tal.




La energía vital es la glucosa que deriva de las grasas; las hormonas son grasas; si dejamos de comer, el hígado vuelve a tomar la “gordura” y haciendo el proceso inverso nos provee de energía porque el cerebro así lo requiere; para darle temperatura al cuerpo hay que quemar grasa; para que funcione el corazón, la circulación, hace falta grasa. Si no hay grasa, el cuerpo quema músculo para crear vigor en un proceso dañino pero que mantiene la supervivencia. Por eso decimos que “Las grasas dan vida”.




Evite el exceso


Una dieta excedida en grasa es terriblemente perjudicial para el organismo; con ella se obstruyen las arterias, genera la obesidad y hasta se aletarga el sexo. Si observamos, vemos que un gran porcentaje de gente carga con un bagaje de grasa importante y aunque ésta no sea la única causa de obesidad, lleva bastante culpa.




Millones de personas acuden a liberarse desesperadamente de adiposidades por diferentes medios, muchas mueren en las camas de las clínicas y otras de un ataque cardiovascular. En estados Unidos más de un millón de personas mueren anualmente a causa de enfermedades cardiovasculares. Pero decíamos que la grasa no es la única razón de gordura; si comemos pastas, pan, hidratos de carbono, se acumula grasa de igual manera. Un exceso de azúcares también produce acumulación de lípidos.




Las grasas más peligrosas son las de origen animal, porque éstas son de alta densidad, son las que producen los taponamientos en las arterias porque, aunque las sales biliares realicen el proceso de emulsión, siguen siendo grandes, se van adhiriendo a las arterias y causan enfermedades como la arterioesclerosis. En cambio, las grasas vegetales, las que normalmente se utilizan para elaborar galletas o pastelería, son grasas mucho más simples, más fáciles de subdividir, y por lo tanto resultan más sencillas de eliminar o digerir, son menos nocivas que las de origen animal.




El proceso digestivo es mucho más efectivo en una grasa vegetal que animal. Por eso “Las grasa también matan”.




Vivimos en un mundo obeso, donde todo se desborda: las tiendas, los estadios, los aviones; si no logramos un equilibrio, si no desgrasamos el mundo todo se taponará, como nuestras arterias.




Como con la grasa, tomemos sólo lo que nos hace falta.
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